En la actualidad muchas personas y todas las religiones se aprovechan de los que están faltos de creencias y fe; no obstante a esto adquieren beneficios personales con la supuesta intención de hacer crecer la sociedad donde están congregados; son personas sumamente inteligentes y dispuestas a todo con tal de satisfacerse con bienes materiales.
La compasión es un sentimiento que practican los cristianos y los budistas, con una diferencia: los primeros la practican para alcanzar el cielo, los segundos como norma de vida. La compasión podría entenderse también como sinónimo de amor al prójimo, y es lo que siente un agnóstico sensible al ser testigo del grado de esclavitud mental inherente al pensamiento religioso.
Hay personas que no están en condiciones mentales de prestar oído a argumentos demoledores desde el lado de la razón, porque si se convencieran de que han vivido atadas a un engaño se les vendría abajo la estantería de la Fe que les brinda seguridad espiritual, emocional y psicológica a sus vidas. Apenas comprensible entonces una reacción como esa, la de quien no encuentra salida diferente a la de desear la muerte.
La religión es lo que evita que los pobres maten a los ricos
Siempre se ha dicho que la religión puede dar refugio a un momento malo o a una mala experiencia para la que no hay solución, como puede ser la muerte de un familiar. Pero el poder reinante ha utilizado siempre la religión como una herramienta más de ese mismo poder que ostentan: es bueno para mantener el orden público y también para dar una esperanza a aquellos que menos tienen.

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